Despertar (Borrador de un cuento)

Este es un borrador de un cuento que estoy trabajando ya hace un tiempo.


Despertar

Cuando abrió los ojos pudo ver alrededor caras conocidas que le dio un alivio inexplicable. Todavía había muchas preguntas sin responder, pero la alegría de todos los que tenía alrededor habían tomado protagonismo en ese momento de su historia. Pero es difícil saber comportarse cuando sobrevives un accidente de avioneta. 


Camino a casa después de varias semanas sin ver a sus hijos, la alegría sobrepasaba recibir cien días de navidad en dos minutos, pero aún faltaba algo. Trato de preguntarle a su esposo “es normal después de una experiencia así” el “experto en todo y nada” sabía decir. “Tienes razón” ella normalmente respondía, no porque estaba de acuerdo sino porque necesitaba ponerle un nombre a lo que sentía. Ver a sus hijos después de semanas en el hospital donde las estúpidas reglas no permitían el acceso de menores a ver a su mamá que había sobrevivido ese aparatoso accidente; la llenó de tanta felicidad que disfrazó ese sentimiento de de falta, más no lo borro.


Semanas de cuidados y de visitas que usualmente ves en los velorios y fiestas, volvió ese sentimiento de falta que la arropaba cuando despertó en el hospital. Ahora no estaba alrededor de su esposo ni de familiares sabelotodo, ahora podía verlo y entenderlo un poco, pero entenderlo iba en contra de todo lo que aprendió desde que nació hasta el día del accidente. El entendimiento se convirtió en culpa, pero la culpa no era aquella campeona indiscutible que le ganaba a todos sus deseos. En ese momento la culpa si fuera persona hubiera dicho “Que carajos pasa aquí?”, la culpa en ese momento fue el bully, como ahora los hispanos decimos cómo sí la palabra abusador tuviera otro significado, que por primera vez le golpeaban para atrás. “Nadie hace eso” se imaginaba la culpa agarrándose la cara con la mano con expresión de asombro. 


El padre y religiosos querían cómo mover su pensamiento para ver si ella vio “algo”. Con gusto el “ella”  de antes, la de otro tiempo hubiera dicho que vio el túnel y sintió el olor a rosas que nos cuentan, También con gusto ella hubiera dicho que siente ese sentimiento de no querer volver la arropo, “Pero Fuck, eso no es así”, claro no se lo dijo al padre. En ese momento no cuestiono su creencia, pero si cuestiono su religión. Su esposo de poca ayuda, sólo podía ser espectador y volvía a la respuesta más simple a todo de que era el trauma de lo que pasó, ella le sonreía y le acertaba con la cabeza, pero pensando en lo lejos que él estaba de la realidad.


Ella sabía que estaba sola en ese momento ya que como ella pensaba en esos momentos, no era como ella pensaba antes. Ese vacío que sentía que no tenía explicación, no era la falta de algo que perdió, más bien la ausencia de algo que no la liberaba, y no la dejaba crecer. “Mierda” decía ella, palabra que no estaban en su vocabulario pero hoy estaban y que más da, es una palabra y ya. Comenzó a cuestionar todo y aprender más. Hizo una lista de todos sus hobbies, el 80 % de ellos ni le gustaban y el 20% que sobro los había abandonado. “Cómo extraño bailar” dijo y recordó porqué ya no lo hacía tanto. Había caído en la obligación de hijos y esposo, pero en verdad era la cárcel de la cultura que se había criado. “Debes tener hijos” “debes casarte” “la mujer casada no hace esto ni aquello”  y el matrimonio en vez de una felicidad, era un contrato donde ella como mujer llevaba todas las de perder. 


La siguiente lista fue de las personas que no necesitaba en su vida, los hijos clasificaron en cuarto lugar, su esposo “sabelotodo/nada” pudo calificar en el quinto, pero lo más importante que los tres primeros lugares estaba ella. Su razonamiento no fue egoísmo, más bien eran cobros de intereses de todos los años de inversión y esclavitud voluntaria a favor del cuarto y quinto lugar. 


Comenzó a bailar, a pasear y a vivir el momento. Su no muy contento sabelotodo esposo era testigo y ya la excusa de la experiencia traumática ya no tenía mucho sentido como antes, al menos no para el. Una noche ella vistiéndose para ir a bailar se encontró con su esposo en la habitación.


“A dónde vas” - le pregunto el “no muy contento casi furioso sabelotodo de su esposo” . “Voy a bailar, ya te lo había dicho” respondió con el mismo tono con el que fue la pregunta. “Tu no crees que ella está bueno todo esto?” le pregunto imponiendo su machismo al frente, ella sólo pudo quedarse callada mientras el continuo “tu no crees que eso de salir a bailar debe hacerlo una mujer casada y menos sin su esposo. Esa mierda de reencontrarte no puedes ponerla por encima de tus hijos, y no puedes ponerla por encima de mi, y descuidarnos” 


“Por encima de ti? Por encima de mis hijos? Hasta donde yo veo tus camisas están planchadas, tu cena está lista, y la casa está limpia. Me pase toda la tarde con mis hijos e hicimos de todo que los pobrecitos terminaron rendidos en la cama mucho antes de su hora acostumbrada de dormir y tu te pasaste la tarde entera jugando basketball. No te reprocho que lo hagas, porque si te gusta hazlo. Pero no me frenes a mi, No estoy contigo porque te pertenezco, estoy contigo porque te quiero. Pero ya no puedo ver mi vida pasarme por arriba. No puedo ser forastera en mi propia historia. Cuando casi pierdo la vida, ustedes hubieran dicho buena esposa, buena madre y te extrañaremos. Yo hubiera dicho de mi misma que soy la estúpida más grande que nunca hice nada por mi.”

“Yo no soy con la que te crees que te casaste, nunca lo fui, pero viví el papel que me enseñaron. Quiero ir y bailar, cómo me gustaría besar a otro hombre que no seas tú y sí es posible tener sexo en la parte atrás de su carro. No porque me hace falta, sino porque nunca lo he vivido. Y la que soy yo, quiere hacerlo. Por Qué no quiero vivir una vida que nunca quise, quiero vivir la que quiero. Mis hijos están en mi vida y los amo más que nada, pero no voy a renunciar a lo que soy por ellos. Y quiero que algún día ellos hagan lo mismo, vivan su vida cómo quisieron, no como tu y yo le dijimos que lo hicieran. Y tu estas en mi vida, y haces lo que quieras y yo no te detengo. No me detengas a mi porque tu no me conoces, si quieres puedes conocerme y sí quieres te puedes ir. Tu esposa, murió hace unos meses en un accidente de avión. Ella tenía mi cuerpo prestado junto con una parte de mi alma y mi espíritu. Hoy mi cuerpo, mi alma y mi espíritu están donde pertenecen. Ya desperte del sueño donde yo era tu esposa”

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